El auto en el que perdió la vida Albert Camus
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La frase fue pronunciada por el famoso escritor francés el 3 de enero de 1960, cuando varios diarios europeos reportaron el fallecimiento en un accidente carretero del entonces afamado ciclista Fausto Coppi. La noticia fue desmentida horas después.
Al día siguiente, 4 de enero, Camus perdía la vida en un violento choque en la ruta de Borgoña. El accidente ocurrió cuando su amigo y editor Michel Gallimard conducía a gran velocidad su Facel Vega en una recta sin obstáculos y un neumático reventó. El Premio Nobel de Literatura 1957 iba a la derecha del conductor. "El encontronazo con un árbol fue tan violento que el vehículo se partió en tres pedazos, y Camus fue a parar a los asientos posteriores. La muerte del famoso escritor fue instantánea", contaba el corresponsal del periódico madrileño ABC en París, Federico García-Requena, en una crónica titulada "La muerte, imprevista y absurda, de Albert Camus".
El coche quedó tan destrozado que se tardó mucho tiempo en extraer el cadáver del escritor de entre los restos del coche. Gallimard, en cambio, fue trasladado grave al hospital y su esposa y su hija sufrieron tan sólo contusiones.
La huelga que mantenían desde hace días los medios de comunicación francesas hizo que la trágica noticia se divulgara muy tarde. Sin embargo, en cuanto se supo del accidente, la radio pública francesa, de acuerdo con las comisiones de huelga, decidió inmediatamente suspender su programa de música grabada, el único que transmitía en aquellos momentos, para rendir tributo al fallecido escritor.
Albert Camus (1913, Mondovi -actual Drean- Argelia) nació hace un siglo en el seno de una familia muy humilde de colonos franceses.
Su padre, excombatiente en la Guerra franco-prusiana, falleció en la Primera Guerra Mundial, sin apenas conocer a su hijo. Su madre, de origen menorquín, analfabeta y casi sordomuda, tuvo que limpiar muchas casas para sacar a sus dos hijos adelante.
Camus se crió pobre, aislado y febril en la colonia francesa. Alentado por sus profesores, se matriculó en Filosofía, aunque la tuberculosis le impidió finalizar sus estudios.
Fundó entonces una compañía de teatro, se afilió durante dos años al Partido Comunista y trabajó como periodista, antes de mudarse a París en 1940 para incorporarse a la redacción de "Paris-Soir" y ejercer como lector de textos en la editorial Gallimard.
Con 29 años publicó "El Extranjero", su novela más aplaudida y una reflexión en primera persona del singular sobre las consecuencias morales del asesinato y la indiferencia ante la muerte, que arranca con las indolentes frases: "Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé".
En los años siguientes escribió la obra de teatro "El Malentendido" y el ensayo "El Mito de Sísifo" que, junto con "Calígula", abundan sobre la "filosofía del absurdo". Camus parte de las influencias de los filósofos existencialistas Kierkegaard y Nietzsche para analizar el vano esfuerzo del ser humano por encontrar el significado de la vida.
En París, durante la ocupación nazi, militó en La Resistencia y fundó el periódico clandestino "Combat". Fue en esos años cuando conoció a su amante más célebre, la actriz española exiliada en Francia María Casares, hija de un presidente del Gobierno de la Segunda República Española.
Siempre repeinado y con un cigarrillo apoyado en la comisura de los labios, el llamado "Humphrey Bogart de la literatura" trabó amistad con el filósofo Jean-Paul Sartre en 1943, y mantuvo con él una relación de diez años que, tras la publicación del artículo "Les Temps Modernes", desembocaría en una agria batalla filosófica con marcado trasfondo político.
Aunque ambos pensadores se reivindicaban de izquierdas, Sartre defendía la violencia para alcanzar la revolución social mientras que Camus, acusado de estático, entendía que el fin no justifica los medios.
"Me decían que eran necesarios unos muertos para llegar a un mundo donde no se mataría", resumía Camus, que en 1957 y contra pronóstico ganó el Premio Nobel de Literatura. Tenía 44 años.
Entonces vivía ya instalado en el gran desgarro que le produjo la guerra de independencia de su Argelia natal (1954 y 1962).
Anhelaba que la tierra que le vio nacer, donde los atardeceres apacibles se mezclaban con los colores mediterráneos, dejara atrás el sistema colonial, pero sin desligarse de la Francia que educó su talento. Dos años antes de que terminara esa barbarie, Camus falleció, a los 46 años, al romperse el cuello en un accidente.
La muerte de Camus dejó viuda a su segunda esposa, Francine, y huérfanos a sus dos hijos gemelos, Jean y Catherine. Aunque conoció numerosas amantes, la verdadera mujer de su vida fue su bondadosa y esforzada madre, reconocen sus hijos.
Coincidiendo con el centenario de su nacimiento, la exposición "Albert Camus, ciudadano del mundo" de la Ciudad del Libro de Aix-en-Provence explora en diez ejes temáticos sus amistades, su lenguaje o sus rincones predilectos. Puede visitarse hasta el próximo 5 de enero en esa localidad de la costa mediterránea que tanto amó Albert Camus.
Quienes le conocieron, como el periodista Jean Daniel, fundador de "Le Nouvel Observateur" y amigo del Premio Nobel, dicen que "para saber lo que es un hombre feliz hay que haber visto a Camus delante del mar y el sol".
En base a EFE
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