EL SUPLICIO DE UNA MADRE
de James M. Cain
Emece - Argentina - 1952
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Desde tiempo atrás, el público norteamericano ha consagrado a James M. Caín como a uno de los representantes genuinos de los llamados "escritores duros" Y sin duda alguna, Caín lo es en toda la línea por lo recio de su estilo, la violencia de las situaciones que plantea, la rudeza y hasta la brutalidad de los temperamentos que presenta. Estas características, unidas a la firmeza y la concisión del dibujo psicológico, así como al apasionante realismo que pone al servicio de la descripción de ambientes y episodios, explican no sólo la inmensa popularidad de libros como El cartero llama dos veces y Pacto de sangre, sino también el traslado de estas novelas al cinematógrafo. El suplicio de una madre ha superado, si cabe, el éxito de las dos obras mencionadas. En ella, Cain aplica su técnica a un desarrollo argumental más amplio, en cuyo transcurso se asiste al drama de una madre joven e inteligente que todo lo da por su hija, la cual habrá de zozobrar, empero, en los remolinos abiertos por su egoísmo y su orgullo. Desde la primera página hasta la nota culminante del desenlace trágico, el ambiente californiano cobra vida y colorido una vez más, a través de una pintura que, rebasando los angostos límites del localismo, traduce con relieves impresionantes la existencia cotidiana de un inmenso sector de los Estados Unidos. De ahí que el lector, al separarse de los personajes de la novela, tenga inevitablemente la sensación de haberlos conocido en la vida real. Y éste es, acaso, el mayor honor a que pueda aspirar un novelista.
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