7000 Metros
Diario de Superviviencia
2 meses solo en la cumbre del Aconcagua
de Fernando Garrido
RECORD MUNDIAL DE PERMANENCIA EN ALTURA
COMO NUEVO
CONTIENE FOTOGRAFIAS EN PAPEL SATINADO
Resumen
Este Libro se lo dedico a papa, mama, y Daniel, que fueron asesinados injustamente por ETA.
Mientras lucha denodadamente por sobrevivir en la cima del Aconcagua, la montaña más alta de Sudamérica, Fernando Garrido escribe su diario íntimo, en el que refleja minuciosamente los detalles de su proeza. Enfrentándose a problemas de oxígeno, vientos huracanados de hasta 200 kilómetros por hora y temperaturas que descienden hasta los 45 grados bajo cero, el montañero logra permanecer 66 días en la cumbre y batir el récord mundial.
Este libro es un apasionante testimonio de la sed humana de aventuras. «Arriesgarme es mi modo de vivir», dice Fernando Garrido. Y, en efecto, emprende junto a su novia, que le acompañará en gran parte de la aventura, una hazaña única de supervivencia humana en las grandes alturas. En condiciones totalmente inadecuadas para la vida, hasta la mínima tarea de proveerse de agua constituye un esfuerzo sobrehumano. Las enfermedades, las alucinaciones, los imprevistos, forman parte de la vida cotidiana, así como las dificultades para alimentarse y la desesperante soledad. El aventurero solitario plasma con espontaneidad sus temores, sus dudas, su capacidad para suplir con ingenio lo que no posee en medios, sus ansias por regresar a la civilización.
En el Aconcagua, una de las moles más peligrosas del mundo, que se ha cobrado ya casi un centenar de víctimas, Fernando Garrido escribe, refugiado en una pequeña tienda de lona, las páginas de este diario, que reflejan fielmente una historia real que rescata todo el sabor de la aventura.
Este Libro se lo dedico a papa, mama, y Daniel, que fueron asesinados injustamente por ETA.
Mientras lucha denodadamente por sobrevivir en la cima del Aconcagua, la montaña más alta de Sudamérica, Fernando Garrido escribe su diario íntimo, en el que refleja minuciosamente los detalles de su proeza. Enfrentándose a problemas de oxígeno, vientos huracanados de hasta 200 kilómetros por hora y temperaturas que descienden hasta los 45 grados bajo cero, el montañero logra permanecer 66 días en la cumbre y batir el récord mundial.
Este libro es un apasionante testimonio de la sed humana de aventuras. «Arriesgarme es mi modo de vivir», dice Fernando Garrido. Y, en efecto, emprende junto a su novia, que le acompañará en gran parte de la aventura, una hazaña única de supervivencia humana en las grandes alturas. En condiciones totalmente inadecuadas para la vida, hasta la mínima tarea de proveerse de agua constituye un esfuerzo sobrehumano. Las enfermedades, las alucinaciones, los imprevistos, forman parte de la vida cotidiana, así como las dificultades para alimentarse y la desesperante soledad. El aventurero solitario plasma con espontaneidad sus temores, sus dudas, su capacidad para suplir con ingenio lo que no posee en medios, sus ansias por regresar a la civilización.
En el Aconcagua, una de las moles más peligrosas del mundo, que se ha cobrado ya casi un centenar de víctimas, Fernando Garrido escribe, refugiado en una pequeña tienda de lona, las páginas de este diario, que reflejan fielmente una historia real que rescata todo el sabor de la aventura.
Prologo del Libro
Aconcagua..., reino de silencio y desolación..., fascinación de la altura y peligro de muerte..., rocas traicioneras, paredes abruptas, abismos insondables que parecen hundirse hasta las mismas puertas del infierno...
Aconcagua..., reino de silencio y desolación..., fascinación de la altura y peligro de muerte..., rocas traicioneras, paredes abruptas, abismos insondables que parecen hundirse hasta las mismas puertas del infierno...
El Aconcagua es una montaña trágica. Desde la vertiente sur también es una montaña bella, con su sucesión de acantilados superpuestos cubiertos de nieve. Sin embargo, si se la mira desde cualquier otro ángulo, no resulta especialmente bonita. Pero aun así, sus aristas, sus planicies, sus ventisqueros, ejercen una enorme fascinación sobre los montañeros.
Aquí no hay señal de vida. Ni una brizna de hierba. Todo es soledad blanca, encubriendo el peligro que acecha a cada paso. Los andinistas saben que el Aconcagua no es particularmente difícil de escalar, pero las condiciones de supervivencia son tan extremadas que, en poco tiempo, la energía humana se ve diezmada y comienzan los dolores, las depresiones anímicas, las alucinaciones. Es cuando aumenta el margen de error y los riesgos se multiplican: el Aconcagua tiene una trágica lista de víctimas desde que, en 1883, el primer ser humano se decidió a escalarlo. Fue el alemán Paul Güssfeld, quien intentó infructuosamente coronar la cima por la vertiente norte.
Esta montaña de 6.959 metros se halla en territorio argentino, dentro de la provincia de Mendoza. Pertenece a la cordillera de los Andes, que actúa como frontera natural entre Argentina y Chile y recorre buena parte del continente suramericano. Hay quienes consideran que fue bautizada por los indios aymará como KON KAWA, que significa«monte nevado». Otra hipótesis sugiere que su denominación proviene del río que corre en sus proximidades y al que los indios araucanos llamaban ACONCA-HUE, «que viene del otro lado de la montaña». Sin embargo, los más recientes estudios etnológicos se inclinan por la expresión quechua AKON-KAHUAK, que significa «centinela de piedra». Es una metáfora feliz para definir su hieratismo inmutable.
Aquí no hay señal de vida. Ni una brizna de hierba. Todo es soledad blanca, encubriendo el peligro que acecha a cada paso. Los andinistas saben que el Aconcagua no es particularmente difícil de escalar, pero las condiciones de supervivencia son tan extremadas que, en poco tiempo, la energía humana se ve diezmada y comienzan los dolores, las depresiones anímicas, las alucinaciones. Es cuando aumenta el margen de error y los riesgos se multiplican: el Aconcagua tiene una trágica lista de víctimas desde que, en 1883, el primer ser humano se decidió a escalarlo. Fue el alemán Paul Güssfeld, quien intentó infructuosamente coronar la cima por la vertiente norte.
Esta montaña de 6.959 metros se halla en territorio argentino, dentro de la provincia de Mendoza. Pertenece a la cordillera de los Andes, que actúa como frontera natural entre Argentina y Chile y recorre buena parte del continente suramericano. Hay quienes consideran que fue bautizada por los indios aymará como KON KAWA, que significa«monte nevado». Otra hipótesis sugiere que su denominación proviene del río que corre en sus proximidades y al que los indios araucanos llamaban ACONCA-HUE, «que viene del otro lado de la montaña». Sin embargo, los más recientes estudios etnológicos se inclinan por la expresión quechua AKON-KAHUAK, que significa «centinela de piedra». Es una metáfora feliz para definir su hieratismo inmutable.
Existen diversos caminos para coronar esta montaña. En la experiencia que describo en este libro se ha elegido la llamada «ruta normal».
Porque de lo que aquí trataremos, fundamentalmente, no es tanto de los avatares de una dramática ascensión como del deseo de probar el límite de la resistencia humana: sobrevivir en soledad el mayor tiempo posible en la cumbre del Aconcagua.
La intimidad de esta experiencia de supervivencia a 7.000 metros es lo que he intentado reflejar, del modo más fiel posible, en este libro, en el que también se incluyen diversos apéndices e informaciones objetivas que pueden resultar útiles a otros aventureros sedientos de montañas y riesgos.
Yo no soy escritor; se trata de mi primera experiencia en este campo. Soy un hombre de pocas palabras, mis amigos me lo dicen. Pero a lo largo de la experiencia me tomé con gran ilusión el esfuerzo de «traducir» lo que veía y sentía, con la esperanza de poder compartir las sensaciones vividas. Por eso pensé que el mejor modo de transmitir el sabor de esta aventura era desde dentro, es decir, desde el diario personal que, a modo de cuaderno de bitácora, fui escribiendo en la montaña, con las manos heladas. Sería feliz si pudiera lograr que supiese a viento, a nieve, el placer de la victoria.
Fernando Garrido
Porque de lo que aquí trataremos, fundamentalmente, no es tanto de los avatares de una dramática ascensión como del deseo de probar el límite de la resistencia humana: sobrevivir en soledad el mayor tiempo posible en la cumbre del Aconcagua.
La intimidad de esta experiencia de supervivencia a 7.000 metros es lo que he intentado reflejar, del modo más fiel posible, en este libro, en el que también se incluyen diversos apéndices e informaciones objetivas que pueden resultar útiles a otros aventureros sedientos de montañas y riesgos.
Yo no soy escritor; se trata de mi primera experiencia en este campo. Soy un hombre de pocas palabras, mis amigos me lo dicen. Pero a lo largo de la experiencia me tomé con gran ilusión el esfuerzo de «traducir» lo que veía y sentía, con la esperanza de poder compartir las sensaciones vividas. Por eso pensé que el mejor modo de transmitir el sabor de esta aventura era desde dentro, es decir, desde el diario personal que, a modo de cuaderno de bitácora, fui escribiendo en la montaña, con las manos heladas. Sería feliz si pudiera lograr que supiese a viento, a nieve, el placer de la victoria.
Fernando Garrido
2 comentarios:
hola que tal. queria saber de donde eras y si aun tenias este libro disponible y a cuanto . gracias. saludos
Hola Jessica, aparentemente esta sin stock.Vamos a chequearlo en deposito.No usamos mucho el blog sino nuestra web www.ayconstanza.com para un contactos mas directo y seguro. Gracias
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