de Sara Gallardo
Sudamericana - Argentina - 1968
396 paginas
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Sinopsis:
"Lo primero que hace falta en el campo es un perro. Yo te lo voy a regalar", le dice un amigo de infancia a Julián, el joven protagonista, que acaba de heredar quinientas hectáreas en la provincia de Buenos Aires. Y así es como un día llega Corsario, un galgo gris, musculoso y serio, a quien se une Chispa, la compañera dorada que para él eligen el reciente estanciero y Lisa, su novia pintora. Y mientras el indolente Julián persevera en sus conmovedores esfuerzos por convertirse en un hacendado moderno, su temperamento melancólico y la imperceptible influencia de las convenciones sociales en que su familia cree se van convirtiendo en un lastre que entumece su vida y sus afectos.
Inolvidable historia de amor y vigoroso retrato social, Los galgos, los galgos, novela impregnada de lirismo y de un perspicaz sentido del humor, es considerada la cima de la madurez narrativa de Sara Gallardo.
Sara Gallardo (1931-1988) nació y murió en Buenos Aires. Su primera novela Enero (1958), situada ya en la "América salvaje, imposible de catequizar" que sería el escenario de todos sus relatos, le valió un inmediato reconocimiento de la crítica, y fue traducida al checo y al alemán. Siguieron las novelas Pantalones Azules (1963), y Los galgos, los galgos (1968), que obtuvo un gran éxito de público, el Primer Premio Municipal y Premio Ciudad de Necochea con un jurado compuesto por Leopoldo Marechal, Aldo Pellegrini y Juan Carlos Ghiano. Eisejuaz (1971), alucinado monólogo de un indio mataco en busca de la santidad, y los relatos de El país del humo (1977) son habitualmente considerados sus obras maestras, sobre el camino luminoso de Juan Rulfo o Mario de Andrade. La rosa en el viento (1979), su último libro, fue escrito en España, primero de una serie de países por los que erró, junto a sus hijos, hasta el fin de su vida. Escribió una monumental y atípica obra periodística, para Confirmado, Primera Plana y otras revistas durante los años sesenta y setenta, y luego para La Nación, de la que fue corresponsal en Europa. Publicó los relatos infantiles: Los dos amigos y Teo y la TV, ambos de 1974, Las siete puertas, de 1975, y ¡Adelante, la isla! (1982) que incluye un breve texto autobiográfico. Desde la inclusión de Eisejuaz en la Biblioteca de Clásicos Argentinos, que dirigió Ricardo Piglia, y después de un largo olvido, su obra ha sido redescubierta y revalorada como uno de los hitos más originales e intensos de la literatura argentina del siglo XX.
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