El Oro De Sus Cuerpos (Vida de Paul Gauguin) de Charles Gorham

El Oro De Sus Cuerpos (Vida de Paul Gauguin)
de Charles Gorham 
Traduccion de Leon Mirlas
Kraft - Argentina - 1959

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Esta es una magnífica obra de ficción basada en la vida de Paúl Gauguin. El gran pintor, revolucionario y renovador de su arte, surge de las páginas de Gorham como un ser extraordinario, con sangre salvaje en las venas y genio en las yemas de los dedos. Se lo ve espadachín, bebedor y mujeriego; temerario, en ocasiones, como un marinero con licencia, y aferrado a su arte con absoluta fe, no obstante lo azaroso de su vida. Su carrera artística y su lucha por el derecho a pintar y por la facultad del pintor de atreverse a todo por el arte, lo empujó a través de Europa. Anduvo de Copenhague a París, a Bretaña, a Arles, en el sur de Francia, donde vivió con Van Gogh, otro genio de la pintura, como él. Blandió un pico en Panamá como obrero de las obras del canal y poco le faltó para morir en las calurosas selvas de la Martinica. Pasó hambre en las bohardillas de Montmartre y vivió en Montparnase como un príncipe, sostenido por las rentas de una herencia recibida. Huyó de Europa para buscar tranquilidad y sosiego en los mares del Sud, primero en una aldea de Tahití, luego en el salvaje archipiélago de las Marquesas, las "Islas Peligrosas", donde murió con los puños en alto para defender a los nativos polinesios, a quienes amaba. Gauguin adoró durante casi toda su vida a una mujer: su rubia esposa Mette. Pero ésta rechazó su amor cuando el pintor careció de dinero para sostener su hogar, y, el gran Gauguin buscó entonces consuelo en otras mujeres: la modelo pelirroja Juliette; la descarada javanesa Annah; su novia de Tahití, Tehura; Vaitua, una princesa de la sangre indígena, y muchas otras que sedujeron a su temperamento sombrío y apasionado. A través de la obra de Gorham, la vida de Gauguin aparece como una tempestad, al término de la cual dejó al mundo el tesoro inestimable de sus deslumbrantes cuadros, que hoy figuran en las galerías más renombradas y famosas del mundo, y el derecho del artista a usar y disponer de su libertad, derecho por el cual luchó intensamente, y que él legó a los gigantes que aparecieron luego de su actuación, entre ellos, Matisse y Picasso. Puede decirse que todos los artistas de este siglo deben parte de su libertad creadora a la borrascosa y trágica figura de Gauguin. La historia de Gauguin, tal como ha surgido de la diestra pluma de Gorham, es una narración franca, audaz y atrayente. El artista genial surge como ha sido en la realidad, es decir, como un alma vigorosa, de vida dramática, que nada tenía de lo que caracteriza la vida de un santo.