Ojo por diente
de Ruben Bareiro Saguier
Biblioteca Letras del Exilio
Plaza & Janes - España - 1984
Cuando Ojo por diente no aparece, aún flameaban las banderas de «lo real maravilloso», el gusto barroco y la hegemonía de lo que se dio en llamar «el boom latinoamericano».
Es obvio que Ojo por diente no pertenece a este modo de entender la narrativa, una moda, al fin de cuentas. Por eso, la crítica se mostró reacia a consagrar un estilo diferente. Tampoco hace concesiones al folclore o al color local (la palabra Paraguay no aparece por ningún lado). Esto, sin duda, le restó también lectores, sobre todo entre el público paraguayo. Rubén Bareiro Saguier descubre con talento las verdades profundas del mito y de la historia de su tierra lejana. Y no hace concesiones al lugar común.
A ello se suma otro suceso. Ojo por diente resulta premiado cuando estalla el «caso Padilla», razón por la cual su publicación en Cuba es postergada. Se publica, entonces, primero en París, traducido al francés con el título de Pacte du sang. Después, en 1972, en Caracas, en su versión original.
El premio cubano, su prestigio y sus implicaciones, persiguen a Rubén Bareiro Saguier hasta Asunción. Allí es apresado y encarcelado durante un mes y medio para ser luego expulsado del país.
Así, este libro de Rubén Bareiro Saguier permanece casi ignorado. En él se describe la violencia y la opresión del hombre, mediante un lenguaje cargado de humor y despojado de excesos barroquizantes. La economía de estilo es sorprendente en este libro hecho no de descripciones de retratos psicológicos, sino de bocetos, con un lenguaje tenso que oscila entre la ironía y el sortilegio poético. Lo que sorprende en este libro es su poder de seducción, «el asedio estricto de las palabras reveladoras» su capacidad de hablarnos de una realidad profunda sin hacer localizaciones temporales, lo cual le confiere una mayor fuerza mítica, un concentrado vigor narrativo. Esta impresión le llevó a decir a Claude Couffon: «Saguier revela en estos relatos una sensibilidad creadora original, apta para encontrar el tono justo capaz de explicar, en toda su autenticidad, el drama del oprimido». Después de celebrar su calidad literaria, Roa Bastos sostiene que «cada uno de los once cuentos de Ojo por diente trata de participar, desde adentro, en el drama de opresión y degradación no menos que en su contracanto de esperanza y coraje. Su virtud principal es que el espíritu de estos relatos está exento del maniqueísmo que parece seguir acechando las expresiones de nuestra literatura testimonial... De este modo, la aventura de los hechos narrados se identifica con la aventura del lenguaje en el que la palabra cobra una función de vida vivida. La tierra y el hombre paraguayos trascienden así el marco localista hacia una visión totalizadora de nuestra América; hacia una visión, en última instancia, sospechosamente universal».
Nunca mejor dicho.
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