Tres hombres, tres artistas, tres figuras que marcaron rumbos... Ay, Constanza!!! te acerca una coleccion de peliculas producidas por Andy Warhol, dirigidas por Paul Morrisey y protagonizadas por Joe Dealessandro. dicen que Warhol (que ya era Warhol) solo ponia el nombre, Morrisey hacia el trabajo duro y se mordía los labios cuando el respetado señor de las las latas de sopa ponia el sello. Dalesandro venia del cine gay XXX y comenzaba su asi a virar su carrera.
Ay, Constanza!!! te trae la trilogia TRASH - FLESH - HEAT
Pero ademas, las curiosas versiones de Dracula y Frankestein.
Y si te llevas todas, te enviamos sin cargo un DVD con escenas perdidas de la epoca XXX de Joe Dalessandro
EL DIRECTOR / Paul Morrisey nació en 1938 en Nueva York. Estudió literatura en la Universidad de Fordham. A comienzos de los sesenta alternó sus actividades en el ejército con labores vinculadas al trabajo social. En 1965 conoció a Andy Warhol y se convirtió en uno de los hombres clave de su célebre “Factoría”. Entre sus principales películas puede mencionarse la trilogía Flesh (1968), Trash (1970) y Heat (1972), a la que se suman las más exitosas –y comerciales– Carne para Frankenstein (Flesh for Frankenstein, 1974) y Sangre para Drácula (Blood for Dracula, 1974). Dueño de una mirada osada que se proyecta sobre el mundo sin perder perspectiva moral ni piedad, su condición múltiple de artista innovador con ideas conservadoras lo ha puesto ante la aporía de mantenerse simultáneamente fuera del mainstream y lejos de las corrientes dominantes de la escena independiente. (Fuente Pagina/12 )
EL ACTOR / Joe Dalessandro (Actor y modelo)era alto, guapo y también de aspecto andrógino. Conoció a Warhol en 1967 junto con el travestido Candy Darling. Fue actor en varias de las películas en las que colaboraron Warhol y Paul Morrisey. Siempre hizo de macho semental y en la Factory era conocido como una belleza que cobraba por todo lo que hiciera. Lou Reed lo retrató en su canción Walk on the Wild Side con el nombre de Little Joe. Ha seguido haciendo papeles secundarios en los últimos años. Una de sus intervenciones fue en la película "Cotton Club" de Coppola. Seguir leyendo
EL DUEÑO DE TODO /Andy Warhol Andrew Warhola (6 de agosto de 1928 - 22 de febrero de 1987), más comúnmente conocido como Andy Warhol, fue un artista plástico y cineasta estadounidense que jugó un papel crucial en el nacimiento y desarrollo del pop art. Tras una exitosa carrera como ilustrador profesional, Warhol adquirió notoriedad mundial por su trabajo en pintura, cine de vanguardia y literatura, notoriedad que vino respaldada por una hábil relación con los medios y por su rol como gurú de la modernidad. Warhol actuó como enlace entre artistas e intelectuales, pero también entre aristócratas, homosexuales, celebridades de Hollywood, drogadictos, modelos, bohemios y pintorescos personajes urbanos. Ha sido objeto de numerosos análisis, exposiciones de arte, libros y películas, como el documental "I Shot Andy Warhol".
Una de las aportaciones más populares de Warhol fue su declaración sobre los "15 minutos de fama". Fue personaje polémico durante su vida - algunos críticos calificaban sus obras como pretenciosas o bromas pesadas - y desde su muerte en 1987 es objeto de numerosas exposiciones retrospectivas, libros y documentales. No en vano, está considerado como uno de los artistas más influyentes del siglo XX. SEGUIR LEYENDO aqui
LAS PELICULAS
Paul Morrissey es un maldito del cine que siempre usó los generos para negarlos. Obligado a vivir eternamente a la sombra de Andy Warhol, su mentor pop desde la factoría, y encerrado en el cajón de la producción underground pareciera que nunca va a encontrar su lugar. Por eso, la reaparición en vídeo de sus cinco películas más célebres tiene algo de proeza, otro tanto de justicia y mucho de riesgo, comercialmente hablando. Por razones aún desconocidas, Manga ha reeditado su trilogía más famosa conformada por Flesh (1968), Trash (1970), y Heat (1971). Y ha completado este festín Morrissey con su transgresor díptico de terror: Carne para Frankenstein y Sangre para Drácula (1973).
En principio causa un poco de sorpresa que un señor como Paul Morrissey, neoyorkino de 61 años, se sume a un movimiento de alocados innovadores como los chicos de Dogma. Pero, nada más la revisión de su llamada trilogía Flesh ofrece lógicas explicaciones a su decisión. Aunque ninguna de las tres pueden ser analizadas fuera de su tiempo, todas ya cumplían con algunas de las exigencias de Dogma. Con su gesto premeditadamente informal, la trilogía intentaba ser una especie de documento veraz que desmorntaba la falsedad del cine comercial y se dedicaba a mostrar el lado más cutre del liberalismo sexual y de pensamiento hippy.
En la trilogía, Morrisey se dedicaba a venerar el cuerpo masculino, invirtiendo muucho tiempo en hacer barridos con su cámara masturbatoria, fisgona y excesiva por la anatomía de Joe Dallesandro, su actor-fetiche, un procedimiento chocante en un tiempo en que el culto al cuerpo femenino dominaba la cultura pop. Mientras el cine pornográfico exaltaba los pubis, Morrissey corría a ajustar el foco sobre el pene de Dallesandro, que en las tres encarnó a hombres-objeto. Un hombre-mercancía cuyo cuerpo era el instrumento que le permitía conseguir lo que deseaba. Todos los personajes de la trilogía van en pos de lo pecuniario. En Flesh Dallesandro busca dinero para dárselo a su esposa que a su vez se lo dará a su amante. En Trash, la pareja quiere concebir un niño, algo descabellado pues ella es un travestido, para obtener el dinero que otorga la seguridad social por hijos, y en la mejor, Heat, es la recuperación de la fama perdida lo que mueve al personaje de cama en cama.
El díptico de terror es otra cosa. Quizá se conecte menos con Dogma, pero tiene también su aire de transgresión. Morrissey une dos mitos de siempre y los convierte en un festín pornogore. Pero el cuerpo como mercancía de canje, sigue siendo importante. En Carne para Frankenstein (originalmente rodada para el sistema 3D, lo que explica esos extraños primeros planos de vísceras y tripas) se establece una suerte de comercio de órganos para crear a la pareja que ha de engendrar al hombre perfecto (un principio nazi), pero el experimento falla porque la cabeza del monstruo pertenece a un chico gay.
En Sangre para Drácula, el asunto de interés son los fluidos corporales. Y la destrucción del vampiro tiene que ver con una ruptura de la tradición. Probablemente hayan caducado en la forma, pero en el fondo, las cinco películas, que Morrissey llamaba de "naturalismo exagerado", un término que los chicos de Dogma deben adorar, tienen tanta vigencia con Celebración, de Vinterberg. A lo mejor le corresponde ahora a Dogma darle su lugar a Paul Morrissey, un cineasta rechazado por los excéntricos de la factoría Warhol por ser demasiado comercial e ignorado por un público que le consideró demasiado vanguardista. Fuente: OMAR KHAN en CTV
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