miércoles, 27 de marzo de 2013

Revista EL PORTEÑO N°76 Abril de 1988

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Revista EL PORTEÑO N°133 - ENERO DE 1993


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Revista EL PORTEÑO N°133 - ENERO DE 1993
Textos inéditos de Antonin Artaud



Revista EL PORTEÑO N°5 - Mayo 1987



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Revista EL PORTEÑO N°5 - Mayo 1987
En su formato inicial de 25 x 35 (no entra en el scan!!!)
*Ernesto sabato habla de Malvinas
*Todo sobre Las Malvinas 
*Geronima historia de una mapuche que murio de tristeza
*Miguel Briante
*Entrevista al maestro de actores Carlos A. Fernandez 
*Cine independiente
*Punk, los rebeldes que insultan a la Reina por Claudio Kleiman
*Ursula K. Le Guin por Diana Bellessi 


Revista EL PORTEÑO N°7 - Julio 1987



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Revista EL PORTEÑO N°7 - Julio 1987
En su formato inicial de 25 x 35 (no entra en el scan!!!)
-Leon Giego
-Lautaro Murua
-Isidoro Blaisten
-Ataulfo Perez Aznar
-Ernesto Carcenal
-El abrazo mortal de la hembra voraz por Maria Moreno
-Detras de un paredón gris LA RAULITO entrevistada por Fernando Amirón


Revista EL PORTEÑO N°67 - Julio 1987


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Revista EL PORTEÑO N°67 - Julio 1987
*Aliverti: Compre rico
*Amulfo y los infortunios de un principe por Daniel Guebel 
*Charly Garcia: fuga en cadena
*Censura y negocios en la TV
*Boliches tangueros
*Una cifra de oos sesenta por Martín Caparros
Y mucho mas


Revista EL PORTEÑO N°69 - Septiembre 1987


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Revista EL PORTEÑO N°69 - Septiembre 1987
-Roberto Laiseca, retrato de un autor de novela
-Reportaje a Charles Bukowski: Las babas del Diablo 
-Berlin Este 
-Noam Chomsky, disidente americano
-Nuevediario, las dos caras del folletin - Silvia Fernandez Barrios 


Revista EL PORTEÑO N°70 - Octubre 1987


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Revista EL PORTEÑO N°70 - Octubre 1987
-¿Qué Peron vuelve? por Luis Salinas y Juan Jose Salinas
-Suplemento: La publicidad es un revolver ardiente 
-Mitos EL CHE por Juan Gelman
-El cine de Pino Solanas 
-Musica: Las palabras de los 80 por Marcelo Figueras




Revista EL PORTEÑO N°14 - Mayo 1983


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Revista EL PORTEÑO N°17 -Mayo de 1983
Perez Esquivel entrevistado por Miguel Briante
La exportacion de la Triple A
Peron sueña con la muerte por Tomas Eloy Gisele MartinezRoa Bastos entrevistado por Nelson Mezquisa
Vargas Llosa entrevistado por Christian Kupchik
A la busqueda de Mercedes Sosa 
Y mas


Revista EL PORTEÑO N°14 - Febrero de 1983


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Revista EL PORTEÑO N°14 - Febrero de 1983
Tarragó Ros - Juan Goytisolo - Albergue Warnes -




Revista EL PORTEÑO N° 66 - Junio 1987


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Revista EL PORTEÑO N° 66 - Junio 1987 - Eduardo Galeano - Andy Warhol - Subiela - Revistas femeninas
Roland Bhartes



Revista EL PORTEÑO N°79 - Julio 1988


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jueves, 21 de marzo de 2013

El resentimiento - Los ensimismados - La falacia de Eduardo Mallea


*El resentimiento
*Los ensimismados
*La falacia 
de Eduardo Mallea
Edicion de Lujo
Sudamericana - Argentina - 1966

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Las tres novelas de este tríptico —escritas en épocas distintas —traducen tres conflictos. El primero es un conflicto del hombre con el medio; el segundo, un conflicto del hombre con su propio corazón; el tercero es un conflicto del protagonista con el universo. Los tres protagonistas —una figura delirante que aspira a ser poeta y está en perpetuo sueño con cierta ilusoria magnitud, a quien rodean otros obsesos inmersos en sus propias pasiones; un plantador de árboles arrebatado por su dramática obsesión de bosques y praderas, amén de otra sombría y constante pasión; un espíritu disidente, en fin, que se rebela a nivel trágico frente a las evidencias del mundo actual— aparecen, para usar las palabras de las Escrituras, "cazados en el tiempo malo", presas del combate de sus quimeras individuales con la realidad.


Esas obras de más vasto alcance permiten conocer su idea del hombre y del mundo en el que le tocó vivir, y no sólo del hombre y del mundo de la Argentina y de América. En La falacia, por ejemplo –novela corta que el autor incluyó en un volumen titulado El resentimiento (1966), escrita en un período en que Mallea se había consagrado absolutamente a su obra narrativa–, el protagonista, Augusto Daza, se plantea obsesivamente cuestiones de encrucijada. Advierte que el mundo muestra signos de profundo cambio, por lo cual ciertos antiguos valores, como honor, verdad, justicia, humanidad, equidad, han comenzado a descubrirse inoperantes. “Los que habían pensado como Augusto, con espíritu de desprendimiento y una idea pura y positiva del hombre, se despertaron como de un sueño; y el despertar fue dramático”. Se toparon con “el vapor frío de un nuevo cinismo”.

Aquellos términos morales en que Augusto se había formado y que ahora se usaban como entidades sin contenido, abusivamente, habían sido reemplazados por una “moral astuta y depredadora, descaradamente cínica”. Llevado por ese proceso de desilusión, cansado moralmente, Augusto resuelve partir a la costa del mar, con su mujer. En ese ámbito que evoca la génesis del planeta, entre cielo y abismo, Augusto encara las máximas cuestiones, se rebela contra la justicia divina, contra un estado universal de fraude, pero, abrasado por la conciencia crítica, se hace cargo también de su responsabilidad y de su culpa frente a la injusticia.

 “¿Era eso el mundo? Arrogancia, ambiciosa riqueza, indiferencia, injusticia, desdén por los valores reales, distracción ante la sufriente inocencia, y callada, cruda sequedad”. Los caminos de la vida dan al hombre la posibilidad de la fe, la rebelión o la desesperanza. La fe le está vedada a Augusto. La rebelión le exige una fuerza que ha perdido. Sólo le queda la desesperanza, que lo lleva a la muerte voluntaria. Entre el cielo y el abismo del mar, opta por el abismo. Unas breves palabras explican su determinación: “A la aceptación de la infinita injusticia he elegido mi no”. Por medio de su personaje, como en otras obras suyas, el autor de La falacia examina con severidad y desconsuelo el mundo en el cual está inmerso.

Mallea no fue sólo un paradigma de su generación y de su país, sino también el exponente de una época conturbada por atroces guerras civiles y mundiales y por regímenes despóticos, de derecha o de izquierda. Como tantos intelectuales y artistas del siglo XX, de los que fue digno contemporáneo, Mallea reaccionó oponiendo a la disolución los valores de toda una cultura. Pero, como su personaje Augusto Daza, vio con dolor que esos valores ya no eran fuerzas motoras y que el cinismo más destructor –para él intolerable– había invadido las mentes. ¿Será este cinismo la única posibilidad de subsistir para las nuevas generaciones de Occidente, después del gran descalabro de sus ideas y creencias?

viernes, 15 de marzo de 2013

La caja negra de Amos Oz


La caja negra
de Amos Oz
Mondadori - España - 1999

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«Querido Alec: Que no hayas destruido esta carta al reconocer mi letra en el sobre prueba que la curiosidad es más poderosa que el odio. O que tu odio necesita carne fresca.» Es éste el deslumbrante comienzo de La caja negra, considerada por la crítica internacional como una de las mejores novelas de Amos Oz. Alec e Ilana no se hablan desde hace siete años. El divorcio ha sido muy duro, las emociones, crueles. Él se ha mudado a Estados Unidos y se ha hecho famoso por sus estudios sobre el fanatismo; ella se ha quedado en Israel y se ha vuelto a casar con un ortodoxo. Tienen, sin embargo, un hijo en común, Boaz, que el padre ignora como ofensa a la madre. El joven es un adolescente inquieto, que ha sido expulsado del colegio por su actitud violenta. Ilana, después de largos años de silencio, escribe a Alec para pedirle ayuda…
Igual que la caja negra de los aviones contiene el registro de los accidentes aéreos, las cartas que se intercambian los personajes desvelan las razones de sus fracasos… La mujer infiel, el marido arrogante, el hijo rebelde: todos se hieren a sí mismos y a los demás en su lucha por la existencia en un país sin compasión.

El niño que enloqueció de amor de Eduardo Barrios


El niño que enloqueció de amor
de Eduardo Barrios 
Losada - Argentina - 1948

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De los Diarios de Alejandra PIzarnik:
8 de enero
En la rue Gay-Lussac un automóvil viejo lleno de cajas de cartón. Sentado entre ellas, un anciano de pelo blanco, abrigo y sombrero negros, rostro hermoso y tristísimo. Me dije que nadie sino yo sabe que este hombre está triste dentro de de un auto muy viejo en una calle desierta. Pero de pronto me dije: ¿Y si este hombre no existe, si no existiera? Me acerqué y en efecto, no había nadie.

Estoy muriendo como “El niño que enloqueció de amor”.
¿Y si G. me envidiara mi amor por él?



Tomado de la web: Se trata de una novela psicológica que habla del conflicto interior de un niño al enamorarse de una joven mayor que él y amiga de su madre. Este niño era sobreprotegido por su madre y rechazado por su abuela por ser un hijo legítimo. Se puede inferir a través de la novela que el niño era hijo de don Carlos Romeral. Desde el comienzo se ve que el niño presenta síntomas de su enfermedad: constantemente estaba nervioso, triste, lloraba mucho, no jugaba ni en la escuela ni con sus hermanos; sentía ruidos por la noche. Tenía su autoestima baja por el rechazo de su abuela y sus hermanos. Angélica frecuentaba mucho la casa y le muestra cariño al niño. La locura se apodera del niño cuando ve que Angélica besa a Jorge en la casa de ésta.


Don Frutos Gómez, el comisario... de Velmiro Ayala Gauna


Don Frutos Gómez, el comisario...
de Velmiro Ayala Gauna 
Huemul - Argentina - 1966

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El personaje creado por Velmiro Ayala Gauna abrió un rumbo en los relatos policiales de atmósfera campera
Aquí no hay calles envueltas en la bruma ni resuenan cascos agoreros en las cercanías de Scotland Yard, no se busca delincuentes internacionales, ni el famoso diamante desaparecido en un lujoso hotel de París. Nada de eso hay porque estamos en Capibara-cué, el mítico lugar correntino donde don Frutos Gómez resuelve crímenes del modo más extraño para algunos; para él, del modo más natural.

Don Frutos, personaje excéntrico y entrañable como suelen ser los detectives, es un sagaz hombre del campo tan impregnado con la naturaleza que sin tecnología sabe cuándo va a llover; por qué se sonroja ese muchacho, y adónde fueron a parar las tres gallinas de la Rosita. Con esa misma naturalidad sabe por qué alguien quiso matar y, aunque le lleve un tiempito, descubrirá el cómo. Para don Frutos no hay intriga que se resista.

Los crímenes a desentrañar ocurren en medio de los esteros o en la selva fiera, bajo un sol que ya en la mañana es ardiente, y con noches de estrellas y luciérnagas donde, como dice don Frutos, "en esta tierra de machos ser valiente es cosa fácil, lo que cuesta es no andar armando camorra para dimostrarlo". Allí están los cazadores, los del boliche y las arrugadas viejitas que narran historias de lobisones y curupíes, mientras en la frontera aduaneros y contrabandistas intercambian disparos; allí están los pícaros, las muchachas de trenzas larguísimas y los mozos domadores. Con "Don Frutos Gómez comisario", Velmiro Ayala Gauna abrió un rumbo en los relatos policiales de atmósfera rural; atmósfera, escenario y resolución, porque siempre, siempre es la naturaleza la que está envuelta en ello.

A su modo, Frutos resulta tan excéntrico como despistado, y tal como Poirot, como Monk, como Columbo o como el celebrado padre Brown de Chesterton, parece más bien un antihéroe y tiene ese mismo aire de nada de Miss Marple, quien siempre decía "la gente es igual en todos lados". Sí, al menos los son los móviles, eternos y reiterados, tanto en el Orient Express como en Capibara-cué. Los que varían son las costumbres y el entorno, y ahí, Ayala Gauna muestra la idiosincrasia del hombre del litoral, con sus prejuicios y su sabiduría.

Con ritmo litoraleño, en la oficina del comesario Gómez no se fuma en pipa sino que entre "verde" y "verde" se desentraña la verdad. Como Frutos Gómez es reticente a los últimos adelantos de la tecnología, resolverá a pura deducción, astucia y a veces algún que otro apremio. Su adlátere, el oficial Arzásola, que llegó con ínfulas científicas y metódicas, al cabo del tiempo termina usando el libro de psicología para nivelar la pata renga de la mesa; de la mano de comisario comprendió que la intuición y la picardía le serán más útiles. Porque "para conocer a la gente hay que estudiar a la gente", según una frase que Gómez desliza por allí. El autor así lo quiso y demostró con mucha gracia que la ficción policial se puede desarrollar plenamente en ambientes gauchos.

Mas Alla del Sida, un Viaje hacia Curacion de George Melton y Wil Garcia

Mas Alla del Sida, un Viaje hacia Curacion
de George Melton y Wil Garcia
Errepar - Argentina - 1992
Primera edicion 

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(La edicion que ofrecemos es la primera, la foto es de la web)
En 1985, George Maltón y Will García fueron diagnosticados con "CRS" (Complejo Relacionado con el SIDA) y SIDA, respectivamente. Se negaron a aceptar la muerte como algo inevitable y, a pesar del clima de condena e histeria, tomaron ia determinación de descubrir los medios que les permitieran vivir. Se embarcaron en un viaje de sanación que desafiaría las creencias y los valores que les habían conferido un envidiable estilo de vida de éxito financiero y sofisticación mundana. Luego de un frustrado intento con drogas antivirales encontraron esperanza en el trabajo progresista del Dr, Carl Simonton con pacientes de cáncer. Desplazaron su atención hacia el progreso interior al mismo tiempo que reconstruían sus dietas y su estilo de vida apara apoyar la sanación. En este proceso cada uno de ellos recuperó una relación de amor con su familia y aprendió a desprenderse del miedo, la culpa y la ira, reemplazándolos por confianza, autoestima y amor. En el término de un año abandonaron los remedios y han permanecido libres de síntomas. Esta, es la inspiradora historia personal de su intensa exploración de la interacción entre su cuerpo, la mente y el espíritu y el impacto consecuente en sus vidas y en sus cuerpos. 

jueves, 14 de marzo de 2013

Las Llaves De San Pedro de Roger Peyrefitte


Las Llaves De San Pedro 
de Roger Peyrefitte
Traduccion de Miguel de Hernani 
Sudamericana - Argentina - 1965
437 paginas 

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Esta novela trata de los entresijos del Vaticano, no a la nueva usanza, (léase "El código Da Vinci", "La Biblia de Barro", "La Hermandad de la Sábana Santa", etc...), ya que es un libro publicado en 1955, cuando aún no había ni indicios del "boom" al que estamos asistiendo en la actualidad, donde todo es misterio e intriga en estos aspectos.
Se trata, sencillamente, de cuestionar las reliquias que existen en el mundo, su procedencia y su verosimilitud, si realmente son auténticas, en una palabra, o bien se trata de un mero petardeo, truhanería y engaño.
Un joven seminarista, acogido a la tutela de un cardenal de gran renombre, vive la experiencia de contemplar cómo se veneran reliquias de muy dudosa procedencia, todo ello con la aquiescencia de la Santa Sede.
Se pasa revista en esta narración, de una manera descarnada y no sin cierta ironía, ademas de a las reliquias, también a las indulgencias, aspecto un tanto olvidado hoy, pero que hasta hace muy poco estaba vigente.
Recuerdo muy bien esta inscripción en uno de los altares de la catedral de mi pequeña ciudad: "Altar privilegiado, cotidiano, perpetuo. Por cada Misa celebrada en él, se saca un alma del Purgatorio". Poco más o menos, quizá haya olvidado algo, pero eso de "...privilegiado, cotidiano, perpetuo...", no, lo tengo grabado en la memoria.
Ahora resulta que el Purgatorio, como ya comenté en cierta ocasión, no existe. La Iglesia quita y pone a voluntad...
En fin, es un libro que recomiendo, pues además de la información que facilita, su trama es inteligente, y mantiene la atención del lector.
FUENTE DEL TEXTO http://cuevadelcoco.blogspot.com.ar/2008/06/las-llaves-de-san-pedro-roger.html

La Grela de Oscar Leguizamon


La Grela 
de Oscar Leguizamon 
Ediciones Tirso - Argentina - 2005

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El autor es santiagueño y es actor de cine (Pasajeros de una pesadilla, 1984) y TV. La Grela es su primera novela. El prólogo está escrito por José Gobello, fundador y miembro de la Academia Argentina de Lunfardo.


PRÓLOGO

En mi trabajo "El lunfardo en la novela", que la Academia Porteña del Lunfardo tuvo la bondad de publicar en 1990, después de estudiar la obra de Cambaceres, de Sicardi, de Ocantos, de Eduardo Gutiérrez, de Hugo Wast, de Gálvez, de Arlt, de Marechal, de Sábato, de Mallea, de Mujica Láinez, escribí que" A partir de Arlt y su obra valerosa y personalísima las denigraciones al lunfardo se han retraído al territorio de la ignorancia y de la tilinguería". Sin duda fue el autor de "El juguete rabioso" el primero en utilizar el lunfardo como un instrumento de su narrativa. Pese a que Borges afirmó que Arlt no conocía el lunfardo ni le interesaba conocerlo, ese léxico no aparece en sus obras para mostrar o recrear la supuesta habla de los personajes de la ficción sino en procura de placer estético. No podría decirse igual cosa de la primera novela lunfarda conocida (o recordada), "La muerte del pibe Oscar" (1913), compuesta por el guardiacárcel Luis Contreras Villamayor, y sospecho que tampoco de "El deschave" (1965), de Arturo Cerretani. Villamayor quiso documentar un habla; Cerretani, demostrar que puede hacerse no mala literatura con el empleo casi abusivo de lunfardismos. Intención estética, en cambio, y muy visible, es la que movió a Julián Centeya -quien a su modo era un estilista y un estetizante- a componer "El vaciadero" (c. 1971). 
De las tres novelas mencionadas aquella con la que más directamente luce emparentada "La grela" es la de Centeya: Leguizamón, como el autor de "La musa mistonga", no quiere sólo lunfardizar por travesura o por orondear de canchero y de corrido, sino sobre todo hacer literatura y, a su manera, también un poco de filosofía. Debo decir que a Oscar Leguizamón no le faltan uñas para tañer ambas cuerdas de la guitarra -la literaria y la filosófica- o, mejor dicho, de la viola garufera y vibradora que ha acamalado para componer este relato. En lo que al lunfardo empleado atañe, no es un repertorio arqueológico espigado en los diccionarios del ramo, sino moderno y coloquial; tan moderno que aplica al sustantivo grela ("mujer") un significado que sobrelleva desde no hace más de tres décadas ("mugre"); tan coloquial que parece más escuchado que leído. 
Cuando los hombres leídos crearon la literatura gauchesca (y de paso el lenguaje gauchesco), se quitaron la levita, si acaso la llevaban puesta, se ciñeron el chiripá y se cambiaron el nombre: Ascasubi cambió su identidad por la de Aniceto el Gallo; Lussich, por la del matrero Luciano Santos; Hernández, por la de Martín Fierro. Crearon entonces un lenguaje a la medida de esos gauchos de ficción. Leguizamón también recurre a la primera persona, pero no necesita crear nada porque el lenguaje lunfardo ya fue creado y recreado sucesivas veces, desde Florencio Iriarte y Felipe Fernández hasta Daniel Giribaldi y Nydia Cuniberti. Tanto el gauchesco como el lunfardo son originariamente lenguajes literarios que llevan la pretensión de hacer literatura, con los dialectismos y arcaísmos sobrevivientes en el campo el primero, y con las voces traídas por la inmigración el segundo. Ya se ha explicado más de una vez que el chiripá lingüístico usado por Del Campo y Hernández dejaba asomar la hilaza de la cultura, y nada distinto ocurre con los autores lunfardescos. Leguizamón también se pone lengue y alpargatas confeccionados con palabras, con esas palabras de diverso origen (y no sólo de origen delictivo) que conforman la coiné del porteño de hoy y tampoco es difícil ver asomar entre línea y línea la sombra escurridiza de una cultura nada despreciable. 
Ni el gauchesco ni el lunfardo son, empero, mera cuestión de vocablos. Del lunfardo dijo una vez Gómez Bas que es un aire; digamos que es un clima, un ámbito espiritual, y en ese clima se ubica Leguizamón, y allí se desplaza dando muestras de la seguridad y de la comodidad con que puede habitarlo. Ese clima se respira en su prosa, en sus descripciones, en sus ex abruptos. El habla de "La grela" no es ficticio, no es producto de elaboración, como el gauchesco de Estanislao del Campo o el de Romildo Risso. Es casi el idioma materno del autor, en la medida que la ciudad es su madre. Cuando digo que Leguizamón escribe coloquialmente quiero señalar la fluidez de una prosa que va en derechura de la vertiente al frasco, y que recibe un sabor especial al ser mechadas con las frases hechas de las letras de tango, que bien podríamos llamar tanguismos. 
El verso ha venido siendo más utilizado que la prosa en el cultivo de la literatura lunfarda. Existen, sin embargo, prosas lunfardescas admirables, como algunas añosas páginas de Félix Lima, las inmarcesibles viñetas turfisticas de Last Reason, los "Tangos" de Enrique González Tuñón. Este curioso relato de Oscar Leguizamón, tan afortunadamente inusitado, no emparda ciertamente el peso específico de "La crencha engrasada" y de "Chapaleando barro", pero contribuye a equilibrar los platillos de la balanza. 
Si un prólogo constituye una suerte de padrinazgo, tener a este relato por ahijado me hace muy feliz. 

José Gobello


Nota preliminar

Una vez leí el libro de Giuseppe Vaccarino "La suciedad", donde se describe muy amenamente la carnadura de la sociedad suiza que él conoció. Me debe haber gustado porque nunca lo olvidé, a pesar de haber transcurrido algunos años. 
Otra vez, muchos años antes, asistí a un curso del maestro Sciarreta, (lamento haber olvidado su nombre de pila) que trataba , sobre "Los productos del ser humano". Allí se ponía el acento en qué hacer con los desechos luego de la obtención de un producto. Sabemos que tales desperdicios configuran en sí mismos otro producto. La cosa se complica si los rezagos producidos no son degradables o reciclables y se complica mucho más cuando posee un contenido tóxico o peligroso, como, por ejemplo, la radioactividad . Cada tanto recuerdo pasajes de ese interesante ciclo. Finalmente diré que hace poco tiempo apareció en la puerta de mi casa un muchacho llamado Juan; venía a buscar una solución a su problema. 
Se le había incendiado la casa mientras dormía. Sólo logró salvar a su esposa, su hijito y algunas pertenencias. Entre las cosas que se le quemaron estaban los documentos de un auto que me había pertenecido unos quince años atrás. Él lo tenía hacía cuatro años, los documentos estaban a mi nombre pues ninguno de los dueños por los que pasó el auto había hecho la "transferencia". Pues bien, removiendo los escombros de lo que había sido su humilde casa, encontró a medio quemar el "Título de propiedad" del auto. Lo único salvado era la parte donde figuraba mi nombre y dirección. Entonces se lanzó en mi busca, para pedirme, por favor, encarecidamente, que yo como propietario legal reconstruyera la documentación del auto, solicitar los duplicados, para venderlo y resolver su situación harto flaca, al menos en parte. 
Desecho, suciedad, rastreo y reconstrucción era todo lo que Juan tenía en sus manos. Lo ayudé, le conseguí los duplicados rápidamente y no lo volví a ver. 
Entonces, el libro de Vaccarino y el curso del maestro Sciarreta se instalaron en mí; recordé, el cien por ciento de su contenido o por lo menos eso creo me hicieron sentar a contar lo mío como un mandato incontestable. 
Por eso tomo la posta de Giuseppe Vaccarino, para ampliar sus observaciones, dar una vuelta de tuerca a sus conclusiones. 
En consecuencia, pido perdón por lo que aquí pase. 

O.L


miércoles, 13 de marzo de 2013

El otoño del patriarca de Gabriel Garcia Marquez


El otoño del patriarca
de Gabriel Garcia Marquez 
Sudamericana - Argentina - 1975

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Publicada en 1980 y ambientada en un supuesto país situado a orillas del Caribe, El otoño del patriarca relata la vida de un dictador que muere viejísimo, llegando a conservar el poder durante más de cien años. A través de sus recuerdos, el lector se entera de que es hijo de una mujer del pueblo, Bendición Alvarado, única persona a quien quiso de verdad; que no supo quién fue su padre; que su primera infancia transcurrió en la miseria y que llegó a dictador, después de varias contiendas y golpes de estado, por voluntad de los ingleses.

Se relata también la historia de su doble, Patricio Aragonés, que murió en un atentado, vengado sangrientamente; cómo su lugarteniente más fiel, el general Rodríguez de Aguilar, acaba traicionándole, por lo que él manda que lo maten y guisen y obliga a sus ministros a que se lo coman; y cómo ya en su ancianidad se casó con una novicia raptada, Leticia Nazareno, la única mujer que consiguió llevarle al matrimonio; también ésta y su hijo mueren en un atentado, a cuyos autores se encarga de perseguir José Ignacio Sáenz de la Barra, quien, como antes el general Rodríguez de Aguilar, gobierna con mano férrea y acaba cruelmente asesinado y mutilado durante un levantamiento instigado por el mismo dictador, que le teme.

Ya en los últimos años de su vida, el endeudamiento del país le obliga a vender incluso el mar a los "gringos". Toda su vida es una continua zozobra para conservar el poder, cosa que hace sin contemplaciones, pues "el único error que no puede cometer ni una sola vez en toda su vida un hombre investido de autoridad y mando es impartir una orden que no esté seguro de que será cumplida". Sus represiones son crueles y totales, ya que "todo sobreviviente es un mal enemigo para toda la vida". Se niega a pensar en lo que vendrá después de él porque "ya lo verán, decía, se volverán a repartir todo entre los curas, los gringos y los ricos, y nada para los pobres... porque éstos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo".

Al final, "más solo que nunca", morirá de muerte natural y lo encontrarán medio comido por los gusanos. El autor intenta transmitir a sus lectores el sentimiento de soledad que embarga al dictador y poner en evidencia las atrocidades a que puede conducir un poder sin límites.

Los hechos se narran en primera persona, tanto por parte del dictador como por otros personajes de la novela que toman respectivamente la palabra sin solución de continuidad. Esto y la escasez de puntos (ningún punto y aparte, excepto los de final de capítulo), hacen que la lectura resulte muchas veces difícil. No obstante el autor, con su estilo brillante, consigue dar vivacidad y colorido al relato y hacer llegar su mensaje al lector.

Yo fui un porno star y otras cronicas de lujuria y demencia por Cicco


Yo fui un porno star
y otras crónicas de lujuria y demencia
por Cicco
Editorial Cuenco de Plata
Edición en rústica
256 páginas.
LIBRO NUEVO

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El libro de Emilio Cicco se estructura en 35 crónicas organizadas en 7 capítulos y un epílogo donde teoriza sobre un nuevo género periodístico que llama border.
Emilio Fernández Cicco trabaja como editor en la revista Newsweek. Tiene un poco más de treinta años, se recibió con diploma de honor en la Universidad de Belgrano.
Cicco es creador de un género propio que ha bautizado como Periodismo Border.
El libro contiene una selección de treinta y cinco crónicas que escribió para distintos medios en el que trabajó. El subtítulo dice: Crónicas de lujuria y demencia.

Bernardo Neustadt: ´´Le podría decir: malvado, inmundo, pero me quedo con la palabra: estafador´´. Roberto Pettinato: ´´Cicco es el primer periodista que conozco que tiene el ego más grande que yo´´. Mirtha Legrand: ´´Horrible. Nunca más le doy una nota´´. Eduardo Duhalde: ´´Un periodista que sólo pregunta pavadas´´. Leticia Brédice: ´´Cuando lo vi, pensé que era gay o que consumía alguna droga´´. Guillermo Andino: ´´El primer día que leí la nota lo quería cagar a trompadas. Al segundo, le quería hacer juicio. Hoy, lo quiero conocer para ver por qué me odia tanto´´. Damián Szifrón: ´´O es un antisemita o su papá es antisemita. Pero algo malo le pasa´´. Tomás Abraham: ´´Cicco es uno de los pocos periodistas que hay que leer. Una máquina de guerra con un uso irreverente de los nombres propios´´. Gaby Alvarez: ´´No sé qué le hice. Vino acá, le abrí las puertas de mi casa ¡y sacó esa crónica espantosa!´´. Pepe Eliaschev: ´´No entiendo cómo le dejan espacio en los medios a un tipo así´´.

martes, 12 de marzo de 2013

Revistas PLAYBOY

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Revista Playboy 
CRISTINA ALBERO 
Octubre 1992 
Edicion Argentina
Año VIII - Numero 80

 revista Playboy Xuxa 
Edicion Argentina 
El Album Prohibido de Xuxa 
N°69
1991
DE COLECCIÓN
LA ÚNICA REVISTA DONDE XUXA MUESTRA LAS PIERNAS

 revista Playboy 
Edicion Argentina
N°83 - 1993
Hermanas Callejon Sandra y Maria Fernanda Callejon
Katja Alemann
Beatriz Salomon

 Playboy Brigitte Nielsen 
Edicion Argentina - Diciembre de 1987
N°31

 revista Playboy 
N° 105 - Septiembre de  1987 
Madonna 
Madame Le Pen

Playboy  N°30
Noviembre de 1987
Yuyito Gonzalez
Cecilia Narova
El loco Chavez habla por ultima vez

REVISTA
PLAYBOY
 Edicion Argentina - Año VI - N°63 - Agosto de 1990
Fabiana Rucó de secretaria de Sofovich a odalisca y actriz
Mis Agosto: Bonnie Marino (poster desplegable)
30 foto-impacto del film Orquidea Salvaje con Mickey Rourke y Carre Otis
Moda a lo Dick Tracy produccion fotografica de varias paginas con Ivo Cutzarida
Entrevista: Bilardo cuenta porque se va
Intimidad: Sergio Goycochea cuenta como las seduce
Literatura: El ultimo secreto de Borges

 Revista Playboy 
edicion Brasilera - Isis de Oliveira 
1991

 Playboy 
Edicion Brasilera 
As maravilhosas Garotas do Rio - Romy Schneider - Rita Lee







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Poesía de Pedro P. Bisogni


Arboles pajaros y flores 
de Pedro P. Bisogni  
Año 1951


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Poemas del campo argentino
de Pedro P. Bisogni
Año 1952


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Los siete locos de Roberto Arlt


Los siete locos
de Roberto Arlt
Circulo de Lectores - Argentina - 1977
TAPA DURA 

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Los siete locos es una novela del escritor argentino Roberto Arlt editada en el mes de octubre de 1929. En la misma se desarrollan algunos de los problemas planteados por el existencialismo filosófico. Las cuestiones morales, la soledad, la angustia ante el sin sentido de la vida y la desolación de la muerte son temas recurrentes en la arquitectura metafísica de sus protagonistas. Es una obra de lúcida crítica social a la Argentina de los años 30. Los siete locos culmina con Los lanzallamas, novela que Arlt editaría en 1931.

Los Siete Locos está plagada de monólogos interiores que conllevan a sus protagonistas a reflexiones disparatadas y lúcidas por igual, en donde se plantea la locura absoluta de la sociedad, la crueldad del capitalismo, la frialdad de la industria y sus máquinas tecnológicas, contrastando a éstas últimas con la endeblez y fragilidad del hombre mortal que las crea. Incursiona así en tribulaciones metafísicas de orden universal que por lo tanto siguen vigentes. Muchos han señalado en esta obra y en su sucesora la influencia del ruso Fedor Dostoievski, al punto de apodar a Arlt “el Dostoievski porteño”.

La Vida Descalzo de Alan Pauls


La Vida Descalzo
de Alan Pauls 
Sudamericana - Argentina - 2006
COMO NUEVO

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No siempre un niño que veranea encuentra solaz y consuelo en un adulto que escribe. La sucesión de imágenes y escenas de la playa #única, singular: la del recuerdo, la de la infancia# nos ayuda encontrar la solución a este elegante enigma. Y el genio indescriptible de quien lo resuelve, contándonos en una varias vidas: el protagonista y el autor de La vida descalzo.

Archivo Revista GENTE - Parte 1

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