sábado, 28 de abril de 2012

Homofobia UNa Historia de Byrne Fone

Homofobia - Una Historia 
de Byrne Fone 
LIBRO NUEVO
640 paginas
Oceano - España - 2000

Homofobia. Una historia
La homofobia es uno de los prejuicios más persistentes y generalizados en la cultura occidental. Hoy en día, cuando el racismo, el antisemitismo y la misoginia van perdiendo legitimidad y se baten poco a poco en retirada, el rechazo hacia los homosexuales se mantiene bajo las más diversas formas. Sus manifestaciones van desde el desprecio, la burla y la desconfianza, hasta el odio, la agresión física y el homicidio. Byrne Fone emprende en estas páginas un recorrido histórico que analiza el fenómeno de la homofobia, sus orígenes y posibles causas. El autor busca probar que este prejuicio ha sido inventado, fomentado y apoyado a lo largo de los siglos por diferentes instancias de la sociedad (la religión, el gobierno, las leyes, la ciencia, etcétera). También demuestra que uno de los fundamentos de este temor se relaciona con la creencia de que los homosexuales perturban el orden social, legal, político, y moral, y que por esta razón deben ser perseguidos, reprimidos o "reformados".

Byrne Fone es académico e investigador. Imparte la cátedra de inglés en la City University of New York, institución de la cual es profesor emérito. Se le considera un pionero en el terreno de los estudios sobre homosexualidad y hoy en día es una autoridad en el tema. Ha publicado numerosos artículos alrededor del asunto en revistas especializadas. Es autor, entre otros libros, de: Hidden Heritage: History and the Gay Imagination, Walt Whitman and the Homoerotic Text y A Road to Stonewall: Male Homosexuality and Homophobia in English and American Literature, 1750-1969. Asimismo, fue coordinador de la obra colectiva The Columbia Anthology of Gay Literature, la cual obtuvo en 1998 el Lambda Award.

viernes, 27 de abril de 2012

Veinticuatro Horas De La Vida De Una Mujer de Stefan Zweig


Veinticuatro Horas De La Vida De Una Mujer 
de  Stefan Zweig
Traduccion de Máximo Llorente
Prólogo de José Manuel Ripamonti
Renovacion - Buenos Aires - 1944
Tapa dura

¿Veinticuatro horas, un día, son suficientes para cambiar el devenir de toda una vida? Si le preguntáramos a Stefan Zweig (1881-1942) probablemente nos contestaría que sí. Pues ésa es la respuesta que parece desprenderse de su libro Veinticuatro horas en la vida de una mujer, una obrita que se bebe de un solo golpe, pero no por ello menos maravillosa.

Zweig no plantea más que un pequeño drama burgués. Un conjunto de huéspedes descansan pacíficamente en una pensión de la Riviera francesa y, de repente, una mañana una mujer, casada y con dos hijos, abandona a su familia por un joven al que acaba de conocer.
Pero, ¿cómo es posible que sin conocerlo apenas haya podido abandonar la serenidad y comodidad de su hogar por una simple aventura?, se preguntan este grupo de huéspedes bienpensante y, de manera precipitada, no pueden más que repudiar la conducta de la mujer con la que tan pacíficamente conversaban, reían y comían hasta hacía escasos días. Pero hay alguien, el narrador de la historia, que se opone a creer que esa mujer sea una desvergonzada. Para él un día es suficiente para conseguir amar a alguien. Y su defensa enardecida de la atrevida señora le granjeará las simpatías de una vieja dama inglesa. Ésta no será la pacífica dama que aparenta ser. Guarda desde hace años un secreto. Un día, en un casino de Montecarlo, conoció a un joven del que se enamoró perdidamente. Y quiso rescatarlo: él padecía una grave ludopatía…
Zweig nos presenta en esta obra un intenso retrato de la psicología humana. No en vano este autor dedicó parte de su producción a la composición de biografías de distintos personajes históricos (como la de María Antonieta o la de Paul Verlaine). Es capaz como nadie no sólo de destapar los tabúes y falsos prejuicios de la sociedad burguesa de principios del siglo XX, sino también de desentrañar la ferocidad, la crudeza que se esconde detrás de una persona adicta al juego. Él tenía experiencia en desentrañar los misterios de la naturaleza humana: también escribió otra obra donde, de alguna manera, exploraba la descomposición del espíritu humano titulada La lucha contra el demonio: Holderlin Kleist, Nietzsche. Así, Zweig nos presenta una interesante reflexión sobre la ludopatía, no tanto desde un punto de vista clínico, pero sí desde un punto de vista literario. Ya Fiódor Dostoievski había relatado su propia experiencia personal con la ludopatía en El jugador. Pero en Veinticuatro horas en la vida de una mujer, Zweig nos muestra una realidad profunda: el juego patológico se convierte en una enfermedad que nos impide ser liberados. Que saca lo peor de nosotros mismos. Donde ni siquiera el amor es suficiente para rescatarnos… (FUENTE)




jueves, 19 de abril de 2012

En las tierras de Inti de Roberto J. Payro


En Las Tierras De Inti 
de Roberto J. Payro 
EUDEBA - Argentina - 1960
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El hecho de que En las tierras de Inti sea un libro de crónicas impone dos palabras sobre "Payró el cronista". Lo tiene todo para serlo: agilidad, grandes cualidades de observador, perspicacia e inteligencia, además de un sincero anhelo de ser útil al país.
En su labro de periodista, Payró abordó los más arduos problemas, los puso en el tapete y provocó su discusión como una manera de comprenderlos y solucionarlos. Supo extraer de hombres y paisajes, de tradiciones y recuerdos, lo que la vida tiene de pintoresca. Actuó según el canon clásico de "instruir entreteniendo" y, al mismo tiempo, se instruyó y entretuvo él mismo.
En sus viajes tropezó mil veces con los pícaros de sus cuentos, y su fino espíritu de humorista lo dio en páginas de singular maestría.
En 1894 viajó al sur de Buenos Aires en cumplimiento de la misión periodística encomendada por La Nación. Tras recorrer ese escenario de espectaculares cuatrerías partió hacia Corrientes y en seguida, cuando la guerra con Chile parecía inminente, cruzó los Andes y desde allá envió sus "Cartas chilenas", comprensivas y conciliadoras. Luego se lo mandó a la Patagonia, desértica región que descubrió literariamente en La Australia Argentina, serie de artículos que los lectores porteños de La Nación leyeron con la curiosidad de personas a las que se les habla de la Luna y no de un trozo de la propia patria.
Después viaja a Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy, y en su diario comienzan a aparecer las crónicas que integrarán En las tierras de Inti.
El cronista sagaz realiza entonces una extraordinaria tarea: observa, analiza y narra con amabilidad y precisión. En su libro aparecen fielmente plasmados los rasgos distintivos de la región y los términos exactos de los problemas que la aquejan. ¡Y con qué independencia de criterio juzga! ¡Con qué seguridad propone programas de gobierno y reformas sociales! No falta nada: tradiciones, leyendas, episodios, consejos, cuadros de costumbres populares, todo el folklore, datos geográficos, informaciones económicas, política... Un panorama completo de ese mundo en el que pasado y presente se entrelazan tanto en la literatura como en lo más intrascendente de lo cotidiano.

viernes, 13 de abril de 2012

Aristoteles, Santo Tomás De Aquino Y El Orden Militar de Mario Enrique Sacchi


Aristoteles Santo Tomás De Aquino Y El Orden Militar 
de Mario Enrique Sacchi
Coleccion Ensayos Doctrinarios
Cruz y Fierro - Argentina - 1982
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Este texto contiene tres ensayos sobre las teorías castrenses de Aristóteles y de Santo Tomás de Aquino. El tercero es una visión personal del autor tomada de las enseñanzas de estos maestros y adaptada a algu­nos problemas militares de reciente data que guardar estrecha relación con la vida política.
Tanto Aristóteles como el Doctor Angélico desenvol­vieron sus opiniones sobre la temática militar dentro de sus respectivas concepciones políticas. En ambos casos, el orden castrense es estudiado en el marco de la ciencia de la ciudad o estado, ya que los dos admitían que la estrategia, lejos de ser un saber autárquico, solamente se llega a comprender en cuanto parte de la filosofía práctica que versa sobre los actos del ciudadano.
Uno y otro han insistido constantemente en que el orden militar es esencial al bien común de las repúblicas y que no tiene justificativo ponerlo al margen de ese fin, pues todas las operaciones del hombre de armas, o se vinculan Inmediatamente a dicho bien —que Santo Tomás califica de divinísimo—, o pasan a un plano de abierta ilicitud. Ni el Estagiríta ni el Aquinantense podían aceptar que los ejércitos de la ciudad constituyeran esta­mentos apolíticos, en el sentido de que no fuesen ver­daderas instituciones de la polis, ya que toda su razón de ser no es otra que la de servir a la comunidad civil con su terrible poder de disuaden y de destrucción, con la seguridad que proveen al cuerpo político y con el despliegue de las virtudes propias del miembro de esas tropas.
En su conclusión, el autor sugiere una revisión de los criterios contemporáneos acerca del papel que actual­mente se hace jugar a las fuerzas armadas en distintos regímenes jurídicos, para lo cual propone un regreso, con las debidas adecuaciones, a los principios estraté­gicos sostenidos por Aristóteles y Tomás de Aquino.

Los Perros De La Guerra de Federick Forsyth


Los Perros De La Guerra 
de Federick Forsyth
Plaza & Janes - España - 1975
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El mundo del soldado mercenario constituye el telón de fondo de esta gran obra del famoso novelista. En primer plano, una anécdota de trepidante acción pone de manifiesto algunos rincones siniestros y poco conocidos de otras actividades: minería, altas finanzas, operaciones bancarias y el secreto mundo de los traficantes de armas. El autor nos lleva de París a Ostende y Marsella, donde son reclutados los mercenarios; de Berna a Brujas, donde se montan las operaciones financieras; de Alemania a Italia, Grecia y Yugoslavia, donde se compran las armas... “Los perros de la guerra” ha sido llevada al cine con gran éxito.

miércoles, 11 de abril de 2012

Las Cosmicomicas de Italo Calvino


Las Cosmicomicas 
de Italo Calvino 
Traduccion de Aurora Bernardez 
Minotauro - Argentina - 1984

La memoria colectiva guarda un puñado de historias que forman los cimientos de su acervo cultural, independientemente del marco geográfico o cultural al que nos estemos refiriendo. Estas historias –mitos- tratan unos pocos temas recurrentes, y en base a ellos, inconscientemente, todos los narradores crean sus historias; o mejor dicho, las refunden. Tras Titanic está West Side Story, detrás Romeo y Julieta, y más allá Tristán e Isolda. Tras El mago de Oz, Jasón y los Argonautas y, al final, La Ilíada. No hay nada nuevo bajo el sol, que se suele decir.
 
Sin embargo, Italo Calvino, en lo que se puede denominar, sin rubor alguno, un auténtico festival de la imaginación, da un paso más allá. Sin olvidar el aspecto humano de los mitos, crea unas entidades superiores -en concreto la del narrador-, y partiendo de axiomas de la ciencia (la nueva religión en la que el hombre es sacerdote y divinidad a la vez) crea unas narraciones que formarán parte de esta nueva mitología, la mitología de los dioses.
 
Porque el narrador, el ubicuo Qfwfq, no nos quepa ninguna duda, es un dios, si como tal entendemos un ser que tiene la edad del universo o más incluso. Qfwfq ha vivido en el punto primigenio que fue origen del cosmos, en un tiempo en que el tiempo no existía; ha vivido la formación de la materia, de las galaxias, de los planetas; ha sido uno de los primeros invertebrados, de los primeros animales en abandonar los océanos, de los últimos dinosaurios -y es capaz de acordarse de sus múltiples correrías con cualquier antiguo conocido en una cafetería de cualquier esquina de Roma-; ha corrido por una Tierra sin colores y ha saltado de la Tierra a la Luna en pos del... amor. Ah, el amor, ni siquiera los dioses son inmunes: un gran acto de amor, generoso y puro, está detrás de ese Big Bang, según nos cuenta en “Todo en un punto”.
 
Pues el amor y muchas otras cosas se encuentran reflejados en el juguetón torrente verbal que Calvino pone en boca de Qfwfq. Tras la lógica delirante y el tono familiar con que Qfwfq nos narra sus vivencias, el lector es capaz de apreciar la sutil ironía que impregna las peripecias y los pensamientos de tan impronunciable protagonista. Porque, no nos olvidemos, Qfwfq (o, lo que es lo mismo, Calvino) se dirige a nosotros, lectores humanos que somos también hijos de las estrellas, para desglosarnos todos los temas que forman parte de los mitos, desde una óptica nueva, brillante (tanto en imaginación como en composición verbal) y, sin lugar a dudas, divertida. Quizá haya conceptos que puedan parecernos chocantes o ininteligibles (como la definición filosófica del signo que Qfwfq crea, signo que le servirá como indicador de revoluciones de la galaxia, pero a la vez, por ser el primer signo creado, continente y esencia de todos los signos y del propio ser conocido como Qfwfq), pero qué bien nos lo explica, cómo juega, disfruta y nos hace disfrutar con ello. Porque Italo Calvino era un narrador nato, un mago de las palabras, un comunicador excepcional.
 
Sin embargo, otros nos son presentados con gran elegancia. El universo de Calvino -nuestro universo- está poblado de seres riquísimos en matices. El amor y el deseo, que desencadena celos y envidias, caridad y furia, miedo -pero miedo al otro, o a lo desconocido, o a la soledad- y solidaridad. Inteligencia y estupidez. Y vuelta a empezar, y el universo sigue dando vueltas y más vueltas y, en un punto azul en un extremo de una galaxia mediocre, estamos nosotros y nuestra carga de humanidad. Y de alguna forma lo tenemos que explicar, para después recordar.
 
Para eso están los mitos.
 
Las cosmicómicas son, en definitiva. una lente en el que mirarnos y reconocernos desde un punto de vista radicalmente diferente, a la par que divertido. El humanismo del autor supura y desborda en cada una de las doce narraciones breves que componen este libro. Y, además, disfrutó escribiéndolas y nosotros las disfrutaremos leyéndolas. Una auténtica delicia.
 

Pasenow O El Romanticismo de Hermann Broch


Pasenow O El Romanticismo 
de Hermann Broch 
Editorial Lumen - España - 1992
COMO NUEVO


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Milan Kundera destaca la trilogía de Hermann Broch "Los sonámbulos"."Esch o la anarquía", "Huguenau o el realismo" y "Pasenow o el romanticismo" son las novelas que componen esta trilogía, en la que el autor echa por tierra los modelos correspondientes a cada tramo. Particularmente en "Pasenow o el romanticismo" hace caer la ilusión del ideal amoroso, exponiendo las elecciones humanas relativas a la conveniencia y los condicionamientos sociales.



“Pasenow o el romanticismo” es el primero de los libros que componen la trilogía Los sonámbulos, escrita entre 1930 y 1932 por Hermann Broch. Estos libros presentan, a lo largo de sus páginas, un retrato ácido y tenso acerca de la evolución de la Europa de finales del siglo XIX y comienzos del XX, de las vicisitudes de la revolución industrial que se imponía y de la que Broch, en su faceta de ingeniero, era buen conocedor.


En esta primera novela el protagonista es Joachim von Pasenow, segundo hijo de un aristocrático potentado alemán; distinguido militar, sin embargo su conducta se rige por la ociosidad y la inseguridad, que le atenazan y le impiden cuestionarse la validez de su forma de vida en un fin de siglo tan vertiginoso. Su uniforme le dota de un escudo frente a los cambios incesantes que se desatan a su alrededor, cuyo exponente perfecto es un antiguo compañero de regimiento, Eduard von Bertrand, dedicado a los negocios y con una peculiar habilidad para desenvolverse en esa Alemania boyante y dinámica en la que ambos viven. Joachim se enamora de una cabaretera checa, Ruzena, que le abre las puertas a una existencia sensual, casi transgresora en lo tocante a sus rígidas normas morales; por desgracia, la trágica muerte de su hermano mayor y la posterior decadencia mental de su estricto padre le llevan a cuestionarse su comportamiento y los pasos que dará en el futuro. Su incipiente compromiso con Elisabeth, hija de unos ricos hacendados vecinos de su familia, puede reconducir su vida hacia derroteros más tradicionales. Sin embargo, la influencia de su amigo Bertrand será determinante en la toma de sus decisiones, y podría variar algunos destinos…


Uno se ha acordado mucho, mientras leía este libro, de Döblin y su “Berlín Alexanderplatz”; el estilo de Broch es más clásico, pero ese sentimiento de cambio, de inadecuación a los vaivenes de la vida, también está presente en “Pasenow o el romanticismo”. La figura de Joachim, insegura hasta lo inverosímil, es realmente cautivadora. La escritura de Broch es bella, intensa, sugerente, evocadora, pero su capacidad para la crítica apenas insinuada es magistral; se impone una atención mayúscula para comprender que lo que, superficialmente, puede parecer una historia de amor y convencionalismos, es una sátira feroz contra una clase que se aferraba a sus principios y privilegios para no desaparecer, pero también (aunque eso se desarrollará más en las otras dos novelas) contra un optimismo naif que se desplegaba por doquier. Las escenas en las que Bertrand expone sus ideales son inteligentes y agudas, quizá las más conseguidas del libro por la coherencia y belleza de su discurso, reflejando así las corrientes que se agitaban en la Alemania de finales del XIX. (FUENTE)

Nueva historia de Mouchette de Georges Bernanos


Nueva historia de Mouchette
por Georges Bernanos
Luis de Caralt - Barcelona - Primera edicion 1952
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El dolor de los hombres es la gran maravilla del universo.
Georges Bernanos




Mouchette aspira a suprimirse. Dostoyevski había descubierto ya que hay en el hombre el apetito de naufragar. Satán, después de habernos tentado y habernos hecho caer, nos abandona en el descubrimiento de la nada que somos y que no nos queda más remedio que amar, tratando de identificarnos con ella. En una palabra, el único pecado es contra el amor; todos los lazos se anudan aquí: el espíritu de las Bienaventuranzas es amor, el pecado de Satán es lo contrario del amor. Quiere que el mundo y el hombre no sean.
Charles Möeller


La obra de Georges Bernanos (1888-1948), ahora lamentablemente olvidada, ha recibido las alabanzas más elogiosas y cabales de los críticos más escrupulosos. Su teología ha sido sencillamente suscrita por los teólogos más rigurosos. Lo que no deja de ser llamativo, a causa de la avidez casi orgiástica con que Bernanos elogia el dolor y la pobreza. En su obra literaria, como en sus escritos políticos, aborda el problema del mal (o del dolor, que es decir lo mismo) sin ambages. Sus personajes son de una humanidad tan honda que resultan inaccesibles a las meras categorías del psicoanálisis o la antropología, porque son moldeados en el misterio sobrenatural de la habitación de Dios en el hombre.


Para Bernanos Dios puso por último bastión en su lucha cósmica contra el demonio al hombre. Por eso a cualquier lector extraño a la angustia su literatura le resultará de pésimo gusto y a un ateo hecho a las angustias nihilistas de un Sartre o las transgresiones calculadas de un Bataille no habría que sugerirle una lectura tan violenta como la de la obra de Bernanos: con toda seguridad se asustaría. Y es que el escándalo que provoca la obra bernanosiana es el mismo ―literalmente: idéntico― que el de la muerte que cierto judío provocara hace un par de milenios.


El mal es la causa de la Cruz. La novela de Bernanos que enfrenta más a las claras el problema del mal es su Nueva historia de Mouchette ―nueva respecto de Bajo el sol de Satán, que lleva por subtítulo Historia de Mouchette; personajes homónimos, sólo semejantes en el sufrimiento―. Si Péguy nos había regalado páginas donde la presencia casi física de Dios se hace tangible al lector, para Bernanos, en Mouchette, lo patente es su ausencia. El protagonista aquí no es Dios detrás de los avatares de los hombres. En esta novela, donde con tanta insolencia nos abofetea el mal, el personaje protagónico es una ausencia: la de Dios. Aquí grita el silencio de Dios.


Mouchette es una niña. Posesa. Arisca, rebelde, arrojada a la soledad. Y pobre. Una creatura, como tantas y tantas, condenada a la vida. El relato, espantosamente sencillo, tan desnudo como la experiencia del dolor, cuenta un solo día en la vida de esta niña. Se pierde en el bosque bajo una tormenta y es hallada por el borracho cazador Arsène, quien le ofrece un refugio donde guarecerse de la lluvia y secarse. El cazador la viola. Ella escapa. Llega a casa para atender al mamoncillo chillón y a la madre enferma. Cuando quiere confiarle a su madre la pena que la habita, se encuentra con que ha muerto. Al punto llegan el hermano y el padre, ebrios, como siempre. Se va a la ciudad, a dar parte, y termina confirmando la coartada de su victimario, Arsène, por lo demás un criminal, frente al guardabosques. Hay, luego, un misterioso encuentro de la niña con una mujer extraña que vive velando a los muertos. Le confiesa todo. Al fin, Mouchette se suicida arrojándose a un arroyo.


No sólo es una crítica a la sociedad que arroja a la miseria, espiritual y material, su tesoro más precioso, la infancia. Los personajes de Bernanos siempre tienen la tentación de desesperar. Y aunque este drama sea, también, la denuncia de una sociedad de dar asco, los restos podridos de un mundo que no cogió el fermento del cristianismo y está ahora descompuesto, plantea un asunto aun más profundo: el mal más radical.


La destrucción de la infancia en Mouchette es simbólica, como el mal no lo es, sino concreta. Si algo hay sagrado en el hombre, es la infancia, la humanidad cuando aún no ha sido herida por la vida. No es casual que un autor tan familiar al espíritu de infancia como fuera Bernanos se valiera de una niña para encarnar en ella el mal radical: el pecado contra la esperanza, irreversible. En el conjunto de su obra, habitada por muertes indignas, ambiguas y martirios vacilantes, ninguna muerte es tan franca en su condena como ésta.


Bernanos, sin embargo, aún aquí, se resiste a condenar a esa pobre criatura y, en ella, a esos millones de sufrientes anónimos que son los pobres del Evangelio ―esos que están en el sufrimiento más concreto, completamente alejado del tontuelo lirismo burgués―.  El lector, ¿no se resiste también a arrojar la piedra? Está, como un hierro en el corazón, la esperanza, ¡incierta!, de que el “Dios voraz” no dé tregua en su enfrentamiento al demonio y le peleé la presa, aún cuando se trate de tan poquita cosa como Mouchette quien, harta de dolor, después de una vida absolutamente inmemorable, muere en una horrorosa soledad.


No se entiende cómo pueda ser éste, tan tremendo, un libro sobre la Esperanza. O sólo es inteligible si se entiende que Bernanos era un “profeta de la alegría” (Möeller). La Esperanza, es importante recalcarlo, no es tonto optimismo sino confianza en que, a pesar de todo, Dios está allí. Es preguntarse por qué extrañamos tanto a Dios, advertir qué poco se lo ve y qué odiosamente, en el mundo, y, sin embargo, esperar. Consiste en esperar contra toda esperanza, o no hablamos de la Esperanza viril de los santos. La Esperanza del cristiano es, en realidad, un martirio. Por eso exclama Bernanos: “en su más alta tensión, la esperanza acaba por consumirnos”.


Sabía bien el “cristiano Bernanos” (Balthasar) que, así como encarnado es el Misterio de la fe, encarnada debe ser su Esperanza porque es en la carne que sufrimos los hombres.


No nos es dado comprender el silencio de Dios que, no obstante, hace que detrás de la Historia resuene su Verbo. Y ese silencio nos subleva cuando se articula frente al sufrimiento. Hay algo de esencialmente injusto en el sufrimiento de un inocente. ¡Y la posesión demoniaca de una niña… es inadmisible! Sólo el sufrimiento de un Dios, su soledad, puede dar sentido al sufrimiento humano.


Mouchette es la imagen del Cristo orillado al suplicio espantoso de la Cruz, víctima de otro sufrimiento aún más espantoso que su humillación, que el fracaso de su Reino y el abandono de sus amigos: el silencio de Dios. Dios está tan espantosamente lejos de la pequeña Mouchette como lo estuvo de su Hijo el día fatal. Pero no hay qué temer: a ella para quien “las aletas de su nariz se llenaban del propio olor de la tumba”, un chispazo de genialidad poética de Bernanos la hace entrar en el agua con “la frente en el sitio más hondo del Cielo”. Lo mismo que en el colmo de su abajamiento Cristo entrara a los infiernos… dirigiéndose hacia el domingo grande de la Pascua.

Barba Gris de Brian W. Aldiss

Barba Gris
de Brian W. Aldiss
Veron Editor - Barcelna - 1972


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La radioactividad ha esterilizado a toda la humanidad después de un accidente; la guerra y la desesperación reinstauran la barbarie. No nacen más niños, y en pocos años las ciudades se convierten en ruinosos asilos de ancianos abocados a la extinción. Como contrapartida al hundimiento de la civilización tecnológica del hombre, la naturaleza se expande y rejuvenece.
Este es el marco en el que se desarrolla la novela, un ambiente de catástrofe, temática que Aldiss volverá a tocar en 1965 con su obra UN MUNDO DEVASTADO (Edhasa 1978) pero invirtiendo los términos (un mundo superpoblado y enfermo, donde los productos químicos han envenenado el suelo y las ideas ecológicas pertenecen al pasado) y una luz al final del camino, Aldiss no pierde la esperanza, no deja de creer en el hombre y en su capacidad de regeneración, ¡optimista que es!
Aldiss junto con Ballard (LA SEQUíA, EL MUNDO SUMERGIDO, CRASH) son autores representativos de la mejor ciencia-ficción británica que se caracterizó en un determinado momento (años 60-70 principalmente) por abordar, con un estilo inmejorable, este tipo de temas a través de la ciencia-ficción, llegando a marcar un estilo que incluso llego a definirse como una peculiaridad de la ciencia-ficción de dicho país.
Recomiendo su lectura pese a que el paso del tiempo se deja sentir en ciertas concepciones y sobre todo, en los aspectos más tecnológicos de la obra. El autor en su obra rezuma sensibilidad y nos introduce profundamente en el ambiente de decadencia y decrepitud que relata. (Fuente)

Honor entre ladrones de Jeffrey Archer


Honor entre ladrones
de Jeffrey Archer

Grijalbo Pocket - 1994


Corre el año de 1993. Saddam Husein, paradójicamente el único superviviente político de la guerra del Golfo, planea su venganza. Una venganza insólita, de muchos contenidos simbólicos, pero sumamente eficaz: robar el original de la constitución de los Estados Unidos para quemarlo públicamente y humillar de ese modo a los estadounidenses.
La preparación y realización del audaz robo, la implicación casual de un profesor de Yale y una agente del Mossad israelí -entre los que surgirá un romance- en su recuperación, las insólitas derivaciones del caso, convierten esta novela en una ágil y acabada muestra de las mejores narraciones de acción, en una de las lecturas más absorbentes que actualmente pueden encontrarse.

La novela más trepidante del robo más insólito.

Amityville - Aqui vive el horor de Jay Anson

HABÍA UNA VEZ UNA CASA...
Todos los acontecimientos que se relatan en este libro son verdaderos. George y Kath Lutz emprendieron la tarea agotadora y frecuentemente penosa de reconstruir en cinta magnetofónica los veintiocho días que vivieron en la casa de Amityville.
Muchas de sus impresiones e informes fueron corroborados por la declaración de testigos imparciales, tales como el padre Mancuso y los agentes de la policía local. Pero tal vez la prueba más elocuente, aunque circunstancial, de su veracidad, sea la siguiente: se necesita algo más que un exceso de imaginación o de "nervios" para impulsar a una familia sensata de cinco miembros a tomar una medida tan drástica como abandonar una magnífica casa de tres plantas, más un sótano completo, una piscina y una caseta para embarcaciones, sin llevarse ni siquiera sus objetos de uso personal.
Cuando los Lutz huyeron de su casa, a principios de 1976, no pensaban en absoluto en la posibilidad de que sus vivencias llegarían a ser plasmadas en un libro. Sólo cuando la prensa y demás medios de difusión empezaron a publicar relatos que los Lutz consideraron tendenciosos y sensacionalistas, consintieron en que se publicara su historia,una historia realmente fantástica, pese a su comprobada veracidad, una historia de horror y terror, imposible de imaginar.
¿Poltergeist? ¿Fenómenos parapsicológicos? Jay Anson se limita a transcribir los hechos tal como ocurrieron. El lector podrá juzgar.

Ay, Constanza!!! te ofrece dos ediciones de esta escalofriante historia inspirada en hechos reales y que ya cuenta con dos versiones cinematográficas...




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Conflictos y armonías en la Historia Argentina de Felix Luna


CONFLICTOS Y ARMONIAS EN LA HISTORIA ARGENTINA 
de Felix Luna
Editorial Belgrano - Argentina - 1981
513 paginas

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Debía tener ocho o diez años cuando descubrí en la biblioteca de mi padre Conflictos y armonías de las razas de América.
Por favor, nadie me crea un niño prodigio...
Yo había leído el Facundo, que me fascinó porque la imagen de su formidable protagonista estaba asociada a un medio que me resultaba familiar: esa Rioja misteriosa y remota que, en las conversaciones con mi abuela y mis tías viejas, constituía el mundo mágico de mi infancia. Entonces, todo libro de Sarmiento me parecía una posible continuación de esa biografía del Tigre de los Llanos que tanto me había entusiasmado.
No creo que en aquella oportunidad haya leído más que unas pocas páginas de Conflictos... Pero puedo asegurar, eso sí, que quedó muy grabada en mi memoria una de las frases iniciales del libro: ¿Argentinos? Hasta dónde y desde cuándo, bueno es darse cuenta de ello.
Tomo ahora el volumen del último anaquel de mi biblioteca; está desvencijado y polvoriento, hace décadas que no lo tocaba. Y cuando lo abro para confirmar la cita inicial, advierto que esas palabras no recalaron por azar en mi memoria: que han sido ellas, en buena medida, las secretas orientadoras de toda una línea de actividad intelectual a lo largo de mi vida.
Lo que Sarmiento propone con aquella frase es una búsqueda de la identidad nacional a través de la historia. O sea, saber de dónde venimos, por qué somos como somos, en qué nos diferenciamos de otros. Búsqueda de identidad: un anhelo que individual y colectivamente es un poderoso incentivo para las creaciones del pensamiento.
Estas páginas fueron escritas en un deliberado tono divulgatorio, no solamente porque así se adecuaban mejor a la modalidad de los órganos donde aparecieron originariamente, sino porque este tono es el que prefiero. Hace mucho tiempo decidí que la historia que yo escribiera no tendría como destinatarios a pequeños círculos de especialistas, sino a los grandes públicos. Así creo contribuir a llenar ese deber de difusión que, según H. Carr, es el primero de la ciencia histórica; un deber que no hace fácil la tarea del historiador, como podría creerse, sino que la toma más ardua en tanto debe sintetizar y conceptualizar una gran información, volcándola en un lenguaje simple y atractivo y sometiéndola al juicio de todos los niveles de la opinión.
Sigo creyendo que con este tono y ese propósito, la historia puede ayudar a responder la pregunta de Sarmiento. Y tengo la esperanza de justificar este libro si una parte de la respuesta, por mínima que sea, quedará contenida en estas páginas.

martes, 10 de abril de 2012

Guia de la Europa negra - Sesenta años de extrema derecha de Manuel Florentin


Guia de la Europa negra 
Sesenta años de extrema derecha 
Un paseo siniestro por con continente desmemoriado y peligroso
por Manuel Florentin
Anaya & Mario Muchnik - España - 1994
Algunos subrayados en las primeras paginas


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Las causas y formas de resurrección de los radicalismos de derecha son el objeto de estudio de este libro. El criterio adoptado es el periodístico, intentando reflejar el tema desde todos los ángulos posibles: el político, el sociológico y el psicológico. Quedan retratados los skinheads, los forofos violentos de los equipos de fútbol, la cultura underground racista, el rock na zi, las conexiones internacionales negras, las distintas familias fascistas, sus líderes, las paradojas del nacional-comunismo de los países del Este... El autor pretende exponer datos y hechos con la máxima objetividad posible y explicarlos de forma sencilla para que cada uno saque su conclusión. Ya que comprendiendo los fenómenos actuales a lo mejor se consigue que la historia no se repita.

lunes, 9 de abril de 2012

Picaresca Porteña de Tulio Carella


Picaresca porteña 
de Tulio Carella 
Ediciones Siglo Veinte - Argentina - 1966

Fragmento del primer capítulo:
 
PARA HOMBRES
 
LOZANA: Por vida de vuestra merced, que me diga qué vida tienen las mujeres amancebadas.
BALIJERO: Señora, en esta tierra no se habla de amancebadas ni de abarraganadas; aquí son cortesanas ricas y pobres.
LOZANA: ¿Qué quiere decir cortesanas ricas y pobres? ¿Pu tas del partido o mundanas?
BALIJERO: Todas son pu tas; esa diferencia no os sabré decir, salvo que hay pu tas de natura y pu tas usadas.
 
FRANCISCO DELICADO: La lozana andaluza
 
Así como la esclavitud se toleró en los estados democráticos, la prostitución se toleró en los estados cristianos. Hay muchas voces para designar el sitio en que se la practicaba: prostíbulo(de prostituta: pro, delante; statuere, exponer),lenocinio (de lenón, alcahuete), lupanar (de loba, como se llamó en Roma a las yirantas), burdel (del bajo latín bordellum, burdellum: cabana, tugurio, lugar de asilo y hospedaje), mancebía (manicipium: esclavo vinculado a las faenas) del campo y luego, sirviente; deriva de manus y capere, mano y co ger). El argentino contribuyó con algunos sinónimos: queco (o queko, o keko: no hay acuerdo ortográfico), quilombo, golombo, quibebe, quibe, bebe, quilo, tambo, pesebre, Entre vocablos africanos que usan los brasileños con toda naturalidad, están quibebe, quilombo, tambo y tango, afirma Gilberto Freyre. Quilombo significa lugar o edificio donde se refugiaban los esclavos fugitivos; éstos eran designados con la palabra quilómbola. Golombo es defirmación local de quilombo. Otro tanto se percibe en quibe, bebe: se originan en quibebe. Quibebe es un alimento que se usa para mitigar el ayuno en Semana Santa en Brasil. Se trata de un puré de zapallo que sirve para acompañar ciertos platos de pescado o de porotos. Sin duda escribe Hermilo Borba Filho, llaman quibebe al prostíbulo por la semejanza entre las mujeres y la masa, pues tanto las mujeres como el zapallo se ven reducidas a una pasta informe. Abundan también las perífrasis: casa pública, de tolerancia, de perdición, de locas, de chinas, de mujeres, non sancta, o sencillamente casa, o en plural, casas. Decir que se iba a las casas, era un sobreentendido de dominio público. También se los llamaba café.

Archivo Revista GENTE - Parte 1

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